En el mundo del hogar es fundamental una adecuada conservación de los alimentos para el mantenimiento de una buena calidad y seguridad alimentaria. La importancia de contar con un frigorífico y también de las cámaras frigoríficas en el campo de la restauración es algo que no se duda en la actualidad. Ten en cuenta que en ellas se pueden almacenar varias clases de alimentos a temperaturas controladas, de tal forma que se evita que proliferen las bacterias. Por este motivo, hay que conocer las necesidades de cada alimento en materia de conservación y que se pueda utilizar la cámara con eficiencia. Cuando se mantienen las temperaturas y evitamos la contaminación cruzada, estamos ante unos aspectos que son importantes para la prolongación de la vida útil de los productos que se almacenan, de los que hablaremos a continuación:
La importancia de la conservación
Una buena conservación de los alimentos en cámaras frigoríficas es básica, como nos dicen los profesionales de Mayfriho, puesto que así se puede mantener la calidad, la frescura y la seguridad de los productos durante un determinado tiempo.
Preservar la calidad alimentaria
El mantenimiento de los alimentos a una adecuada temperatura en las cámaras permite que se retrasen los procesos en los que se degradan. Cuando existen bajas temperaturas, ayuda a que se mantengan las propiedades de los órganos, tales como el sabor, el color o las texturas, las cuales son importantes de cara a la experiencia del consumidor. Que se prolongue la frescura de los productos como las frutas y las verduras es básico para evitar que se produzcan pérdidas económicas y desperdicios alimentarios. Un mantenimiento adecuado de las carnes y pescados es lo más eficaz para prevenir que aparezcan malos olores y cambios indeseados en las texturas.
Seguridad alimentaria
La seguridad en el terreno alimentario es también un aspecto de lo más relevante. Hay que tener cuidado con la temperatura de los alimentos, puesto que una refrigeración poco adecuada puede causar una serie de enfermedades que se transmiten a los consumidores. El control de la temperatura y la humedad es necesario para asegurarnos de que los alimentos se vayan a mantener en las mejores condiciones higiénicas.
Prevenir que proliferen las bacterias
Algo que hay que tener claro es que las bajas temperaturas en las cámaras frigoríficas lo que hacen es inhibir el crecimiento de los hongos, bacterias y demás microorganismos que pueden terminar por deteriorar alimentos y que se comprometa la seguridad. La temperatura debe estar a una temperatura constante e ideal para que se frene la actividad de los microbios.
Existen algunos tipos de microorganismos peligrosos, como la Listeria o la Salmonella, que encuentran en los alimentos un ambiente más propicio para el desarrollo cuando no están bien refrigerados. Por todo ello, se puede prevenir la proliferación de las bacterias mediante una buena correcta conservación frigorífica que es útil para que se garantice la seguridad de los productos y una buena calidad.
Los alimentos y las necesidades de conservación
El mantenimiento adecuado de los alimentos en la cámara frigorífica es algo que depende de la clase de producto. Es importante saber qué especificaciones tiene la temperatura y el almacenamiento que cada clase de alimento necesita.
- Carnes y pescados: Estos productos son perecederos y precisan de un cuidado especial para poder mantener la seguridad y la calidad. Una temperatura ideal para que se mantenga la carne fresca está entre cero y dos grados, mientras que los pescados se tienen que encontrar a una temperatura próxima a los cero grados. Es vital que se conserven los alimentos en bandejas herméticas para poder evitar el contacto con otra serie de productos y así prevenir la contaminación cruzada.
- Frutas y verduras: Tanto unas como otras precisan una serie de condiciones en cuanto a temperatura y humedad para que se conserven en el mejor estado. Muchas frutas se conservan mejor a unas temperaturas entre 3 y 8 grados, mientras que las verduras puede que requieran temperaturas algo más reducidas, entre cero y cinco grados. Es primordial que se mantengan estos productos alejados de otros alimentos que liberen etileno, caso de las manzanas, puesto que esta sustancia acelera la maduración.
- Productos lácteos: Esta clase de productos es bastante sensible a cambios de temperatura. La conservación de la leche y otros derivados líquidos tiene una temperatura ideal que oscila entre los cero y los cuatro grados. Pensemos que los quesos, dependiendo de las clases, es posible que requieran de distintos rangos de frío. Los quesos frescos deben estar a una temperatura más baja, de cero a cuatro grados, y los quesos curados se pueden almacenar a unas algo superiores, que pueden ir de cuatro a ocho grados. Es vital también que se mantengan estos productos en los envases originales o en los contenedores cerrados para que así se evite la absorción de olores de otra serie de productos de alimentación.
- Otros alimentos: Hay otra serie de productos que necesitan una serie de cuidados para que se conserven bien en la cámara frigorífica. Los embutidos se deben almacenar entre dos y seis grados. En el caso de la repostería o la panadería, deberán estar entre cuatro y ocho grados. Si hablamos de los alimentos cocidos, deberán estar a cuatro grados o menos, siempre separados de los crudos y así evitar la contaminación cruzada.
La estabilidad es fundamental para que se conserven bien los productos:
Como puedes imaginar, es importante que la temperatura tenga una estabilidad y se garantice una conservación adecuada. Cuando hay unas variaciones constantes, es posible que se causen:
- Descomposiciones: Los cambios, cuando son bruscos, es posible que aceleren la descomposición de los productos frescos.
- Pérdidas de calidad: Aspectos como el sabor, la textura o el valor nutricional se pueden ver afectados.
- Proliferación de bacterias: Existen una serie de aumentos de carácter temporal que ayudan a que se desarrollen bacterias más nocivas.
De cara al mantenimiento de dicha estabilidad, no debemos olvidar que es bueno que haya un sistema de monitorización constante y un equipamiento de garantías para que haya un control preciso en todo momento.



