Convertí el antiguo garaje de mi casa en una habitación y un baño por poco dinero

Convertir el garaje de mi casa en una habitación y un baño ha sido una de las mejores decisiones que he tomado, tanto por la mejora en la funcionalidad del espacio como por el ahorro de dinero que implica hacerlo yo mismo. Al principio, me sentí un poco abrumado por la magnitud del proyecto, pero con una planificación adecuada y una dosis de paciencia, resultó ser más manejable de lo que esperaba.

Si bien, antes de ponerme manos a la obra, la realidad es que el primer paso que di fue planificar el diseño del nuevo espacio. Decidí destinar una parte del antiguo garaje para el baño y el resto para la habitación. Hice un boceto a mano alzada para visualizar cómo se distribuirían los espacios y luego tomé medidas exactas. Con esta planificación, pude calcular la cantidad de materiales necesarios, lo que me ayudó a evitar compras innecesarias y a mantenerme dentro del presupuesto que yo mismo había elaborado.

Para ahorrar dinero, compré los materiales en tiendas de construcción donde había ofertas y descuentos. En este sentido, para las divisiones me decanté por pladur, ya que se trataba de muros internos y en Vidroplast Cantabria me lo dejaron a un precio muy competitivo. Además, no es solo económico, sino que también es fácil de trabajar y permite un acabado profesional sin necesidad de contratar a un especialista. Si bien, además de las placas de pladur, también compré perfiles metálicos, tornillos, cinta de juntas y pasta para juntas. Y no solo eso, puesto que también figuraban en mi lista de la compra materiales para la instalación eléctrica y fontanería del baño.

La preparación del garaje fue crucial y, para ello, primero, despejé el espacio y limpié a fondo. Tras ello, revisé las paredes y el suelo para asegurarme de que no hubiera problemas de humedad o deterioro y, a continuación, instalé el aislamiento térmico en las paredes exteriores del garaje para asegurar una temperatura confortable en la nueva habitación y el baño.

La instalación del pladur fue una parte esencial del proyecto, por lo que comencé montando los perfiles metálicos en el suelo, el techo y las paredes, ya que estos perfiles sirven como estructura de soporte para las placas de pladur. Luego, corté las placas a medida y las atornillé a los perfiles. Este proceso fue más fácil de lo que pensaba, y con la ayuda de un taladro eléctrico, avancé rápidamente, por lo que, una vez instaladas las placas, apliqué la cinta de juntas y la pasta para juntas en las uniones para lograr un acabado liso y sin fisuras.

Para la instalación del baño, seguí un enfoque similar. Primero, diseñé el layout del baño y marqué las ubicaciones de los sanitarios y las tuberías. Luego, instalé las divisiones de pladur siguiendo el mismo procedimiento que en la habitación. La parte de la fontanería fue un poco más desafiante, pero con algunos tutoriales en línea y la ayuda de un amigo con experiencia, logré instalar las tuberías y los desagües correctamente. Por su parte, la instalación eléctrica también requirió precaución, asegurándome de seguir todas las normativas de seguridad para evitar problemas futuros.

Después de completar las divisiones, pasé a los acabados y, en este sentido, puse un suelo laminado en la habitación, que es económico y fácil de instalar, y azulejos en el baño para asegurar una superficie impermeable y fácil de limpiar. Pinté las paredes con pintura de buena calidad que había encontrado en oferta, lo que le dio un aspecto fresco y moderno al nuevo espacio.

Finalmente, instalé las puertas y ventanas. Elegí modelos sencillos pero funcionales, y me aseguré de sellar bien los marcos para evitar filtraciones de aire. Así, una vez terminada la obra, la habitación y el baño quedaron exactamente como los había imaginado, y el hecho de haber hecho todo yo mismo no solo me permitió ahorrar una cantidad significativa de dinero, sino que también me dio una enorme satisfacción personal.

¿Es caro hacer una obra de este tipo?

Como es lógico, todo depende de lo que te quieras gastar, de si lo quieres hacer tu mismo o si vas a contratar a un profesional, los acabados que quieras, etc. En este sentido, cuando yo reformé mi garaje, lo cierto es que lo que ahorré en trabajadores me lo gasté en acabados y, por ejemplo, en vez de optar por mobiliario básico para el baño, me decanté por productos de mejor calidad.

Además, en lo que respecta a la electricidad, opté por una instalación convencional pero sí que puse el foco en lo visible, los enchufes, donde me gasté un poco más de dinero para poder tener, además de enchufes, conectores USB para cargar mis dispositivos. Así, echando cuentas redondas, el coste total fue de unos 20.000 euros, mientras que con algún presupuesto que pedí, este coste se iría a los 30.000 euros si me lo llevase a cabo un profesional.

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